Chicas en Tecnología es una de las comunidades más importantes para la inserción de jóvenes en ciencia y tecnología. Hace 6 años generan un gran impacto en quienes se identifican con el género femenino y les abren las puertas a un mundo que les interesa pero no conocen del todo.
Paula Coto es la directora ejecutiva de Chicas en Tecnología en Argentina. Comenzó trabando en innovación educativa y participó de muchas iniciativas que se convirtieron en políticas públicas. Entre ellas, herramientas que amplian las posibilidades de niñas y jóvenes para continuar estudiando y desarrollándose.
Allí vio que las oportunidades de formar parte de la tecnología estaban siendo relegadas para la mayoría de las jóvenes. “Me di cuenta que la tecnología tenia un rol muy particular en estas personas y un poder de ampliar sus posibilidades de desarrollo posterior”. La tecnología nos envuelve, la usamos para todo”, nos comentó Paula. Esta oportunidad de ayudar a las chicas y proyectar sus recorridos académicos, la acercó a Chicas en tecnología.
¿Qué enseñanzas te da formar parte de Chicas en Tecnología?
Muchas. Porque trabajar con jóvenes inspira y nos desafía a tener una mirada sobre nuestro entorno y el mundo. Esto nos hace dar cuenta de que hay barreras y oportunidades de desarrollo diferentes para las personas. Y si no estás en el rubro, suelen parecer circunstanciales o aislados. Cuando uno empieza a ver toda la imagen, ve que esto se repite en todos los espacios. Hay puntos comunes que hacen que las mujeres se alejen de la ciencia y la tecnología. Y se siguen reproduciendo.
La idea es entender que tenemos la posibilidad de intervenir sobre estos contextos e invitar a las jóvenes a explorar temáticas que desconocen. Nos invita a trabajar con otros actores que también tienen una responsabilidad muy fuerte para ampliar sus oportunidades.
¿Cuál es la respuesta de las jóvenes que participan de sus iniciativas?
Nos encontramos con que el 50% las jóvenes que empiezan en alguno de nuestros programas, no conoce de qué se trata la tecnología. Ni identifican referentes. Entran en la organización porque algo les llama la atención o no vieron estas temáticas en el colegio. Por lo tanto, no tuvieron la posibilidad de explorar.
Es un gran mito que las jóvenes no tienen interés por la ciencia. No se acercan por la falta de información o por desconocer que hay otras grandes mujeres en las áreas. Cuando las acercamos a este mundo la respuestas es maravillosa, tienen un gran interés. El 90% de las chicas que pasan por nuestra comunidad quieren continuar en la ciencia y la tecnología. Entender que esa falta de elección por estas carreras termina afectando en sus recorridos futuros, es un gran aprendizaje.

¿Qué barreras encontraron como causales de la falta de mujeres en Ciencia y tecnología?
En Chicas en tecnología trabajamos en investigar las barreras que hay. Encontramos que en las familias o en la escuela las representaciones sociales de las mujeres están sesgadas. Por ejemplo, ‘Las mujeres son buenas para las áreas humanísticas. En cambio, los hombres son más racionales y mejores para la lógica’. También está la percepción de que las mujeres no son buenas en matemáticas. La falta de referentes mujeres es otra de las causas que dificultan proyectar que este recorrido puede ser para ellas. Todos estos factores afectan su elección de carrera.
¿Cómo repercute la falta de mujeres en los desarrollos tecnológicos que usamos diariamente?
Desde chicas en tecnología nos convoca saber que es fundamental que las mujeres estén en forma cuantitativa. Pero también por todo lo que tienen para aportar. La diversidad enriquece muchísimo el tipo de tecnología que se está haciendo. Hoy encontramos desarrollos tecnológicos con fuertísimos sesgos en su usabilidad. Hay aplicaciones de salud creadas por hombres que olvidan cuestiones centrales que afectan las métricas de salud de las mujeres. Esto se da porque quienes arman esa tecnología no están integradas por mujeres.
Por nuestros programas pasaron más de 11 mil mujeres que crearon más de 1100 aplicaciones tecnológicas. Allí encontramos que todas tienen una mirada de impacto social. Se vinculan con los objetivos de desarrollo sostenible u están orientadas a generar impactos positivos en sus entornos. Estas jóvenes vienen a proponer tecnologías diferentes a las que estamos acostumbrados. Y pueden enriquecer muchísimo la mirada de los desarrollos que se vienen haciendo actualmente.
¿Qué planes tienen para este año?
Actualmente participamos de investigaciones a nivel regional y global para dar los primeros datos sobre la brecha de género y sus barreras. También trabajamos en el área de formación y desarrollo para mujeres de 13 a 23 años con propuestas de motivación. Allí pueden aprender lógica, programación, experiencia de usuario y análisis de datos.
Tenemos instancias de mentorías con referentes que están en el rubro y certificaciones para reconocer sus aptitudes. También contamos con programas de vinculación con el mundo laboral con más de 100 aliados. Todo con el objetivo de acompañarlas en sus primeros pasos laborales y cambiar el paradigma de inserción de las mujeres.
¿Cómo ves la situación actual en Argentina?
Gran parte de los primeros años de la organización tuvieron como objetivo posicionar en agenda estas problemáticas. A lo largo del tiempo este tema se vio acompañado por otro montón de movimientos de conquista de derechos en Argentina que ayudaron a posicionarlo.

¿Qué consejo le darías a las mujeres que dudan antes de acercarse a la ciencia y la tecnología?
¡Que se animen! Las oportunidades en ciencia y tecnología están creciendo cada vez más. Tienen todas las habilidades y capacidades para hacer frente a estos desafíos y trabajar en esas temáticas. Empiecen a interactuar y probar todas las aristas que tiene para desarrollar la tecnología.
Chicas en tecnología está para acompañar y motivar a las jóvenes para que se animen a pasar de usuarias a creadoras de tecnología. Hay que animarse, intentar y probar, no hay mejor consejo que ese. Hay una red de mujeres que viene trabajando y se acompañan mutuamente y es re valioso. Todo esto es posible si se da el primer paso y se piensa que hay un mundo por descubrir que también es para ellas.