Hace un tiempo empece a trabajar en proyectos headless e-commerce. Siempre tuve la necesidad de saber donde estoy parado, es por eso que antes de empezar a usar esta nueva arquitectura e-commerce empecé a investigar. Y para ello empecé a preguntarme: ¿qué significa headless?, ¿para qué sirve? y ¿cuál es la diferencia con un e-commerce tradicional?
Mi objetivo en este artículo es responder esas preguntas de un modo introductorio. Además, orientar al lector con respecto a los e-commerce modernos, en un contexto donde la única constante es el cambio.
¿Qué es un headless e-commerce?
Para contestar esta pregunta, primero hay que saber qué es un e-commerce:
✔ Un e-commerce (o comercio electrónico) es el proceso de realizar transacciones de compra y venta a través de internet. Desde cualquier lugar, utilizando una computadora, tablet, teléfono móvil, e incluso mediante IoT (internet de las cosas).
Con esto en mente, resulta fácil deducir que la experiencia de compra es uno de los elementos claves del proceso.
Spoiler: esta es una de las razones de la aparición del headless e-commerce.
En pocas palabras, es la separación entre el frontend y el backend de una aplicación e-commerce. Lo cual nos permite mayor flexibilidad a la hora de elegir herramientas para la gestión de contenidos. Además nos permite crear un storefront completamente personalizado.

¿Y en qué se diferencia de un e-commerce tradicional?
Bueno, la principal diferencia es justamente esa. Antes de la llegada de los headless e-commerce, este servicio de compra online se ofrecía como un todo (llamados monolitos). Backend, frontend, gestión de ordenes y pagos -por mencionar algunos elementos-. De hecho, se siguen ofreciendo así. Y son una excelente alternativa para quienes quieran levantar una tienda virtual sin muchas vueltas.
Cualquier persona, sin conocimientos técnicos, podría tenerlo todo funcionando con un par de clicks.
Pero entonces, ¿cuál es la ventaja de un e-commerce headless sobre un tradicional?
La realidad es que no es una sola. Son muchas. Una de las formas más comunes de construir un headless e-commerce es utilizando API’s de plataformas e-commerce (Shopify Plus, Magento, BigCommerce, etc). Junto con un CMS para la gestión de contenido (Sanity, Contentful, Strapi, etc) y alguna tecnología para el frontend. Usualmente, esta parte se realiza mediante lo que se conoce como JAMStack (Javascript, API’s, Markup). Finalmente, todo este conjunto de tecnologías, puede ser orquestado a través de Nacelle.
Alternativas hay muchas. Incluso hay alternativas intermedias entre un monolito y un headless e-commerce. Pero eso se encuentra fuera del alcance de este artículo.

Supongamos ahora que tenemos el stack mencionado anteriormente (The API). Los principales beneficios de estos son:
- ✔ Grandes mejoras en la experiencia de compra (multiplataforma) gracias a la flexibilidad de diseño de la capa de frontend.
- ✔ Riesgo mínimo a la hora de realizar cambios debido a la modularización.
- ✔ El cliente puede gestionar el contenido de la tienda a su antojo a través del CMS.
- ✔ Desarrollo creativo y estratégico en base a las necesidades del negocio.
Por último, ¿se puede pasar de un e-commerce tradicional a un headless?
En principio, si. La única condición es que la plataforma de e-commerce que se esté utilizando brinde las API’s necesarias. Con esto, se pueden conectar las API’s con el frontend y el CMS.
Conclusiones
Un Headless e-commerce te permite separar las diferentes partes de la aplicación. Otorga flexibilidad a la hora de elegir las herramientas a utilizar y escalablidad en el tiempo, Pero lo más importante es que permite la personalización de la experiencia de usuario.
Elegir una u otra alternativa, dependerá de tus necesidades actuales. Sin embargo, la tendencia pareciera indicar que, cuando una tienda finalmente crece y alcanza el éxito, las nuevas necesidades invitan a pasarte de un sistema monolito a un headless.